Os lo dije hace unos cuantos posts,
soy un desastre de bloguera y, aunque intento enmendarme, parece que no lo
consigo…
Quizás hayas llegado paseando hasta
aquí con la intención de leer algo y hacerme compañía un ratito; quizás solo te
has acercado porque te extraña que no haya indicios de nuevas publicaciones y
querías comprobar por ti mism@ que, efectivamente, así es; quizás nunca antes
habías “pisado” estos lares pero unos cuantos clicks, como por arte de magia,
te han depositado a las puertas del blog. En cualquiera de los casos, está
claro que no hay actividad hace tiempo en estas páginas virtuales y sin embargo yo sigo aquí. ¡¡Oppss!!
Lo siento, lo siento, lo siento: en
un repentino deseo de cambio me mudé y no avisé a nadie. Si es que a veces
primero hago y después pienso…
Si puedes perdonarme la descortesía
y aún quieres revolver letras entre mis relatos, ahora podrás encontrarme en "Dimitiendo de mí!
Sí, Dimitiendo de mí se llama el
nuevo blog. ¿Un nombre raro? No sé, es lo que me gustaría, dejar atrás muchas
cosas de mi forma de sentir y de hacer antigua y empezar de nuevo por el
principio. Las cosas que quiero ahora no son las que quería cuando abrí “Palabras
y Latidos” porque de algo tienen que servir la experiencia y los cambios que,
queriendo yo o no, la vida me ha impuesto. Además, yo soy una loca de las
novedades y cuando la idea se me ocurrió, en un minuto, ya había decidido que
lo haría. Claro que le tengo cariño a este blog, es mío y soy un poco yo, pero
si lo tengo que dejar atrás o incluso borrarlo, pues sin problemas. Como le
dije hace poco a una compañera y amiga hablando de este tema y mis neuras, debo
ser una bloguera suicida. En fin…
Espero veros por mi nueva casa, o
no, eso al gusto de cada quien lo dejo. Las puertas estarán abiertas para
todos, eso seguro, pero si también vosotros estáis buscando un cambio de aires
y no os apetece cruzarlas, pues perfecto también.
Gracias a tod@s los que me habéis
acompañado en esta etapa del camino. Soy muy consciente de lo mucho que os debo
y no se me olvidará jamás.
Os dejo palabras y latidos nuevos
que han dimitido de mi antiguo yo.
¡Un gran abrazo a tod@s!
Julia C. Cambil