Probó a
recogerse el pelo de varias maneras diferentes pero ninguna le convencía.
Quería resultar “casualmente” deslumbrante y eso complicaba las cosas y mermaba
las armas de seducción de las que disponía; nada demasiado obvio le hubiera
servido. “Es difícil invertir tanto tiempo y energía en arreglarte y que todo
parezca natural”, se decía Gloria frente al armario suspirando y tratando ahora
de elegir qué ponerse. Al menos hacía una bonita y luminosa mañana, eso podía
ser un buen presagio para ella y se sintió momentáneamente más animada. Acabó
eligiendo un vestido color rosa palo que le resultaba insulso pero que armonizaba
a la perfección con su blanco cutis y su rubia melena. Lo hubiera querido más
escotado y más corto, pero debía ser prudente. No obstante lo complementó con
unas sandalias que resaltaban lo esbelto y delicado de sus tobillos. ¿Quizás un
reclamo demasiado sutil? Tendría que arriesgarse.
No perdía
de vista en ningún momento lo comprometido de su situación ni lo mucho que se
jugaba en aquel primer encuentro con Tonio después de todo lo sucedido. Quizás
hubiera sido más aconsejable no acompañar a Marcos a recogerle a su salida de
prisión, pero ella quería figurar en el mapa de su vida desde el primer
instante de libertad. Además, seguro que echaba de menos un cuerpo de mujer y
ahora que Malena era agua pasada tenía una oportunidad; estaba segura de poder
hacerle feliz. Fue muy duro con ella en el pasado, le advirtió que tendría que
marcharse lejos cuando él estuviera libre, pero quería convencerse de que las
cosas podían cambiar si jugaba bien sus cartas.
Una bocina
sonó estridente en la calle sacándola de su ensimismamiento y produciéndole un
vuelco en el corazón; ya era la hora, Marcos venía a recogerla. Echó apresurada
un último vistazo al espejo, se aplicó unos toques de perfume y lanzó un beso a
su reflejo para desearse suerte justo antes de marcharse.
~~~~~~~~~~~~~~~~
La noticia
de que el traidor salía de la cárcel
de manera inminente le había afectado mucho más de lo que ella hubiera querido.
Incluso el bebé parecía inquieto dentro de su vientre desde el momento en que
lo supo. Era consciente de no estar preparada para tener a Tonio frente a
frente ni para contestar a posibles preguntas acerca de su hijo. “Su hijo”, que
en realidad también era hijo de él, le gustara a ella o no. Un padre, por muy
mezquino que hubiera sido con ella en el pasado, que tenía derechos y a buen
seguro, mucho que decir sobre ciertos temas concernientes al ser que iba a
nacer. Pensaba lo peor de su excompañero, pero lo cierto es que jamás había
cruzado por su mente la idea de que pudiera desentenderse de su descendencia o
de que le deseara algún mal. Sí, antes o después tendrían que hablar largo y
tendido.
Malena
había creído que no tendría que pensar en estas cosas hasta mucho después del
parto, dentro de unos meses, pero la realidad irrumpía en su vida derribando
paredes y de un martillazo, como casi siempre. Por unos instantes de vértigo
estuvo tentada de coger el dinero de los sobres que misteriosamente habían ido
llegando a su buzón y desaparecer, marcharse tan lejos como sus recursos le
permitieran. Después reflexionó y se dijo que ella no era ni sería nunca una
cobarde que huye. Le habían quitado muchas cosas en su vida, pero no le
quitarían también la dignidad.
Se
sobrepuso, acarició apaciguadora la redondez prominente de su abdomen y decidió
que en este asunto siempre daría la cara.
~~~~~~~~~~~~~~~~
El sol le
hirió en los ojos y no pudo evitar llevarse la mano a la cara a modo de visera.
Estaba contento de abandonar el feo y mamotrético edificio que ahora cerraba
sus puertas tras él, pero también estaba desconcertado porque no sabía quién
influía en los designios de su destino sin darse a conocer siquiera. Tendría
que hacer algunas averiguaciones y saldar la cuenta si podía; no le gustaba
deberle nada a nadie y menos si no lo había pedido.
No había
pasado en prisión tanto tiempo como para encontrar diferente el exterior, pero
sí le pareció que la brisa era deliciosamente nueva y que el sol, suave en
aquella época del año, era un regalo con dedicatoria encargado expresamente
para él. Pensaba en su buena suerte… y en Malena, claro.
Marcos y
Gloria bajaron del coche en cuanto le vieron aparecer y se dirigieron a su
encuentro. El extendía los brazos con franqueza ante su amigo para darle un
abrazo y ella espiaba la dirección de su mirada y la expresión de su rostro.
Estaba calibrando la impresión que su presencia producía en Tonio y si la observaba
con interés. También le abrazó estrechamente buscando que sus curvas y lo
vaporoso de su vestido hicieran el resto. Incluso le besó en la mejilla más
largamente de lo imprescindible; con un poco de suerte su perfume le traería
algún recuerdo de la noche en que estuvieron juntos.
La
decepción le cayó encima como un jarro de agua fría cuando él, deshaciéndose
despreocupadamente de su abrazo, buscaba esperanzado buenas noticias en la
mirada de su hermano. Pero no, Malena no había ido a esperarle. La rubia se
rehizo como pudo y se alegró secretamente de tener el campo libre. Ella sí
estaba allí.
En la
distancia, Jonás observaba la escena tras los cristales oscuros de sus gafas,
parapetado en el asiento de atrás de un vehículo en el que nadie pareció
reparar. Poco después dio la orden de arrancar a su chófer; ya había visto todo
lo que quería ver.
Julia
C.
Para leer la continuación pincha aquí
Código 1602236671536
Fecha 23-feb-2016 12:45 UTC
Licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0
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