JULIA & JULIA
En aquella fiesta estrambótica de
coloridas bebidas y decoración imposible (imposiblemente hortera) tú eras yo;
pero yo no era tú, seguía siendo yo.
Del primer vistazo enseguida me
gustaron tu vestido de flores malva y tus “sabrinas” a juego. Parece ser que
compartíamos gustos, porque además estábamos bebiendo lo mismo; a saber qué era
aquel brebaje luminiscente servido en copa alta.
Te sonreí con los labios y los
ojos, complacida por encontrarte allí siendo yo, ¡menudo detalle! Y de nuevo,
como en aquella lejana noche de hace cinco años, no encontré a nadie mejor con
quien intentar ligar.
UN PEQUEÑO GRAN SUEÑO
Miraba embobado a través de los
ventanales mientras saboreaba una taza de café preparada por él mismo: el día
se presentaba realmente hermoso. Hacía tanto tiempo que no despertaba sin el
detestable pitido del despertador perforándole la conciencia que casi había
olvidado lo que se siente.
Consultó su agenda y estaba en blanco, ningún compromiso para ese día; tampoco mensajes en el teléfono o despachos urgentes que atender sobre la mesa; ni rastro de su secretaria ¡Qué extraño! No podía recordar qué día era exactamente pero estaba dispuesto a disfrutarlo. Quizás un paseo.
Incluso los Grandes Hombres tienen sueños pequeños…
Consultó su agenda y estaba en blanco, ningún compromiso para ese día; tampoco mensajes en el teléfono o despachos urgentes que atender sobre la mesa; ni rastro de su secretaria ¡Qué extraño! No podía recordar qué día era exactamente pero estaba dispuesto a disfrutarlo. Quizás un paseo.
Incluso los Grandes Hombres tienen sueños pequeños…
UN SUEÑO VERIDICO
Había que salvar la vida de aquel
muchacho que yacía sobre la mesa de la cocina. Ella no sabía quién era ni
conocía a los que congregados alrededor la miraban implorantes: ¡haz algo!
Abrumada por la responsabilidad intentó
explicarles que acababa de empezar sus estudios de medicina, que no estaba
capacitada, que no sabía. Pero le dieron varios cuchillos y la obligaron a
operar.
En la siguiente escena lloraba a
solas la pérdida de su primer paciente cuando un individuo negro y fornido se
acercó para consolarla. Un maravilloso beso de labios carnosos con sabor a
chocolate blanco la despertó.
Por Julia C.
Cien palabras no suelen dar
para mucho, pero ese era el reto. Microrrelatos escritos para la convocatoria
del “Círculo de Escritores” titulada LOS SUEÑOS LOCOS
Código: 1506064270117
Fecha 06-jun-2015 16:20 UTC
Licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0
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