lunes, 5 de octubre de 2015

Señorita Primavera



Este texto está basado íntegramente en el trabajo de Ramón Seres de Luz, a quien pertenece la imagen y que amablemente me ha permitido mostrarla. Si queréis conocer algo más de su estupendo hacer en este campo no dejéis de hacerle una visita aquí

 

No estaba preparada la señorita Primavera para conocer a la Muerte, y con el primero de sus protegidos que perdió la vida, un enamorado, algo dentro de ella también se apagó.

Aquella estación no fueron tan lozanas sus flores ni tan cristalino su rocío; y los amaneceres que la sangre debían alterar, pasaron como un discreto suspiro para los amantes.

Estaban empañados los colores y lenta en discurrir la savia de la vida por los corazones: la señorita Primavera ya no los alentaba a latir presurosos con el fuego de la pasión.  Hasta la tierra era menos fértil y parecía más dispuesta a albergar cuerpos que a parir frutos nuevos.

Todo lucía un poco más triste de lo que solía ser al llegar el mes de marzo porque ella, que no atendía con diligencia sus quehaceres, se distraía tratando de comprender qué significaban aquellas dos cuencas vacías y oscuras que la miraban sin guiños ni atisbo de coquetería.

Por aquel entonces era joven la Señorita Primavera y aún no sabía de las miserias de las almas, de las penas de los meses sin luz, del olvido que empapa de desazón los amores en otro tiempo sanos e inmortales.

¡Pobre estación herida y desdichada! También ella tuvo que aprender que la sombra de la muerte araña como las zarzas y pone zancadillas de dolorosa palidez.

Julia C.

Código 1510055377921
Fecha 05-oct-2015 12:20 UTC
Licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0

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