¡Hola a tod@s!
Seguro que ya estabais echando
de menos una ración de dichos populares y de anécdotas para pasar un buen rato,
¿a que sí? ¡Pues deseo cumplido! Os traigo una nueva entrega de “Los refranes
de tu vida” con Josep Mª Panades (también podéis encontrarle en este otro perfil) como generoso colaborador.
Por primera vez en el
recorrido de esta sección, los refranes que nos regala el invitado están en
catalán, que es como él los aprendió en el seno de su familia. De todos modos y
por cortesía (no se podía esperar menos de su amabilidad habitual) nos los ha
traducido también al castellano.
Hace tiempo que conozco de manera virtual y que sigo a este narrador de lujo y estupendo compañero. Desde el principio me
impresionó de él su gran meticulosidad a la hora de usar el lenguaje, su
pulcritud de estilo, su corrección ortográfica y gramatical, su fluidez a la
hora de contar una historia y, como no, su desbordante imaginación. No hay tema
que se le resista, por eso acercarse a "Retales de una vida", que es el nombre
del blog donde recoge sus creaciones literarias, es siempre una agradable y
motivadora sorpresa. Recientemente ha hecho alguna incursión en el género del
microrrelato, pero donde él se desenvuelve habitualmente es en el del relato, bien
largo y por entregas, bien de extensión media para lo que es una entrada de
blog. Yo sigo aprendiendo y viendo crecer mi admiración cada vez que le leo,
por eso os aconsejo que también vosotros “os dejéis caer” por su casa. ¡No os
arrepentiréis!
Josep es una persona que
pudiera parecer reservada “a primera lectura”, formal y siempre impecable
en el trato; pero debo decir que con el tiempo se ha ido abriendo (o yo he ido
conociéndole mejor) y nos ha ido mostrando más de sí mismo. Las estupendas reflexiones
que nos regala en su blog titulado "Cuaderno de bitácora" son un claro ejemplo
de ello. Allí asoma con frecuencia su sentido del humor y va tomando forma la
confianza necesaria para contar cosas personales de vez en cuando. Me sigue maravillando
la claridad con que expone sus ideas, lo fácil que hace que parezca eso de
escribir sobre cualquier tema, incluso aunque sea para hacer una crítica.
Bueno, creo que ha quedado claro que para mí merece la pena sin reservas leer a
este fantástico autor, ¿no?
Aunque solo sea de pasada
añadiré que la capacidad de Josep alcanza para tener un tercer blog titulado “En catalá si us plau”. Al estar íntegramente en catalán confieso que no lo
sigo, pero a buen seguro que, siendo parte del trabajo de Josep, está a la
altura de las más altas expectativas. También podéis conocerle mejor a través
de los dos libros que tiene publicados hasta ahora y que llevan por título “Ahora que ha parado de llover” e “Irreal como la vida misma”. Se trata de
dos amenos volúmenes donde recopila muchos de sus mejores relatos. Una
estupenda opción a la hora de elegir lectura, yo doy fe de ello.
Y sin más demora os dejo con
él y los refranes de su vida, no sin antes darle mis más efusivas gracias por
prestarse a participar en este proyecto que construimos entre todos. ¡Gracias,
compañero!
P.D: Si os gusta escribir y os gustan los refranes,
quizás queráis pasaros por la Comunidad Literaria “Escribiendo que es gerundio”
y participar en un divertido reto que hemos propuesto para “provocar” a
vuestras musas. ¡Estáis tod@s invitad@s!
Los refranes
de tu vida
Cuando
era niño, los refranes que oía en casa tenían dos fuentes: mi padre y su madre,
mi abuela, que vivía con nosotros. Por tal motivo, los refranes y citas
populares que aquí os voy a referir son en catalán, pues era, y es, la lengua
hablada en mi familia. Mi progenitor y mi abuela paterna eran oriundos de
Lérida, mientras que mi madre, aunque catalana de adopción, era murciana de
nacimiento. Vino con sus padres a Cataluña a la temprana edad de dos años.
Aunque se educó en escuelas públicas donde se hablaba y enseñaba el catalán
(durante la República), no recuerdo que contribuyera al acervo refranero
familiar. A ella le gustaba más cantar canciones tradicionales que recitar presagios
y sentencias por muy populares que fueran.
Haciendo,
pues, un pequeño esfuerzo memorístico, he encontrado en mi baúl particular de
los recuerdos infantiles y juveniles unos cuantos refranes que he intentado
traducir al castellano lo mejor que he sabido, teniendo en cuenta lo
dificultoso que siempre resulta hallar una equivalencia exacta entre
expresiones populares con un origen lingüístico distinto. Ya se sabe que la
forma de hablar y de pensar van de la mano, y que cada cultura tiene su forma
de expresión popular. Lo malo de la traducción es que se pierde, en algunos
casos, la gracia añadida que le otorga la rima. De todos modos,
independientemente de lo preciso que haya sido traduciendo los refranes de mi
vida, seguro que, si no todos, algunos os resultarán familiares en cuanto a la
idea que encierran, pues todo refranero tiene su equivalente en otros idiomas y
latitudes.
Dicho
esto, los refranes más usados en casa de mis padres, y de los que guardo un vivo,
aunque lejano, recuerdo, los he clasificado en cuatro grupos:
Los
dedicados al trabajo y al dinero, como, por ejemplo: home de moltes feines, pobre
segur (hombre de muchos empleos, pobre seguro), por aquello de que
quien tiene muchos trabajos es porque va mal de dinero y en ninguno de ellos
cobra lo suficiente; y és més pobre que un mestre d’escola (es
más pobre que un maestro de escuela) o en su versión más dura passa
més gana que un mestre d’escola (aquí
el maestro ya no solo es pobre, sino que, además, pasa hambre). Aunque las
comparaciones son siempre odiosas, creo que ambas afirmaciones siguen siendo, por
desgracia, más o menos aplicables hoy día.
Los
dedicados a las consecuencias de ciertos hechos o comportamientos, como sería: qui
no vulgui pols que no vagi a l’era
(quien no quiera polvo, que no vaya a la era), indicando con ello que, si
no quieres problemas, no vayas donde los puedes hallar; y ese otro que dice qui
no té feina, el gat pentina (quien
no tiene nada que hacer, peina al gato), indicando que quien se dedica a hacer
o a hablar de tonterías, es porque se aburre o no tiene otra cosa mejor que
hacer.
Los
referidos a si un suceso tendrá o no lugar, como: el que no passa en un any, passa
en un instant (lo que no ocurre en un año, pasa en un instante),
refiriéndose a que hay cosas que, por improbables que sean o parezcan, pueden
ocurrir en cualquier momento; o esa expresión ─ aunque no es un refrán─, que
dice la
semana dels tres dijous (la
semana de los tres jueves), para indicar, en tono de sorna, que no se piensa
hacer algo o que una cosa no llegará a suceder. Lo que nunca he llegado a saber
es por qué son tres jueves y no dos, a no ser que sea para enfatizar aún más
esa imposibilidad o falta de disposición. Así, ante la pregunta del hijo a su
padre de ¿cuándo me dejarás el coche, papá?, la respuesta airada del progenitor
podría muy bien ser esta. Es decir, nunca jamás.
Los
referidos al tiempo climatológico son, sin duda, los más abundantes, pero los
que más recuerdo son: març marçot mata la vella a la vora del foc
i la jove si pot (marzo
marzote mata a la vieja junto a la lumbre y a la joven si puede), que creo no
necesita clarificación, excepto que el uso del término marçot es una desfiguración lingüística y fonética de la palabra marzo con el único objetivo de hacerlo
rimar con foc (fuego). Es curioso
comprobar cómo en cuestiones meteorológicas, hay algunas divergencias entre el
refranero castellano y el catalán; así, mientras que el mes de mayo es florido
y hermoso, en Cataluña es lluvioso, pues decimos maig, cada dia un raig (mayo, cada día un chaparrón), lo que
en castellano se le atribuye al mes de abril, por lo de las lluvias mil. Y
finalmente, hay un refrán que, aunque hace referencia al tiempo en el mes de
febrero en general, tiene una especial trascendencia en la población
barcelonesa en la que resido, Molins de Rei, cuya fiesta mayor de invierno,
tiene lugar el dos de febrero, día de la Candelaria, y que se conoce en toda la
comarca como la fira de la Candelera (la
feria de la Candelaria) y que dice así: si la Candelera plora, el fred és fora, si
la Candelera riu, el fred és viu (si
la Candelaria llora, el frío se va, si la Candelaria ríe, el frío sigue vivo).
Así pues, en Molins e Rei todos miramos al cielo por la feria de la Candelaria porque
si llueve, se acaba el frío del invierno, pero si hace sol, queda frío para
rato. No seré yo, quien contradiga a la sabiduría popular, pero creo que no
siempre se cumple este refrán. Este año ha sido un ejemplo de ello, pues llovió
y el frío siguió.
Esto
es todo, amigos y amigas. Espero que estos refranes y expresiones populares de
mi tierra os hayan gustado y os hayan traído a la mente otros parecidos en castellano,
gallego o euskera, pues “en todas partes cuecen habas”.
Y para
cerrar esta entrada, quiero agradecer a Julia la invitación que me hizo llegar
para que contribuyera un poquito a la divulgación de la sapiencia popular.
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