viernes, 30 de octubre de 2015

La coleccionista

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Recorría las ferias y exhibiciones de animales buscando nuevas mascotas que llevar a casa. No servía cualquier perro, aunque tampoco era imprescindible que tuvieran pedigrí. Lo importante siempre era el porte, lo bien que supieran posar ante las cámaras, lo bonito de su estampa inmóvil. Me costaba decidirme, pero si alguno era elegido, conmigo tendría un buen hogar para siempre.

No recuerdo con exactitud cuándo comenzó mi afición ni cómo aprendí la técnica; supongo que leyendo aquí y allá, investigando. El caso es que acabé siendo una experta en el arte de la taxidermia y ésta se convirtió en mi pasión y mi único hobby. Pero claro, para engrosar mi hermoso catálogo de perros disecados necesitaba ejemplares y mi impaciencia de coleccionista no me permitía esperar hasta que murieran de muerte natural, así que yo misma los mataba en cuanto había decidido la pose y el atuendo con que pasarían a la inmortalidad. Tendrían que haberme estado agradecidos después de todo. Pero no fue así.

La noche de Halloween de ese año coincidió con una espantosa tormenta. Yo estaba, como casi siempre, trabajando en mi última adquisición. Era un caniche precioso para el que había preparado un disfraz acorde con la fecha. Me disponía a hacer los primeros cortes para el desuello con mi habitual precisión cuando la descarga de un rayo tremendo me asustó en el último instante e hizo temblar mi pulso: practiqué un tajo profundo en la carne del pobre bicho y un reguero de sangre arterial brotó al instante como un surtidor. Quizás debiera haberlo matado antes.

Lo dejé sobre la mesa y me volví para buscar gasas con que remediar aquel desaguisado. Esa fue mi perdición, me pillaron desprevenida. Todos los animales que fueron salpicados de sangre volvieron a la vida de repente y al parecer no estaban contentos conmigo…

Ya no puedo seguir practicando la taxidermia, aún estoy aprendiendo a usar las prótesis.

Julia C.

Código 1510305655175
Fecha 30-oct-2015 11:51 UTC
Licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0



Este relato ha recibido, junto con los de otras dos compañeras, una mención especial en el concurso #ancla2, de la Comunidad "Edupsique: Narrativas Multiformes", en su edición de Halloween 2015.



 

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